Permanece con la Mirada Abierta a lo Esencial

Establecer la mente en el instante presente, es acceder a la vida, con una mirada abierta a lo esencial: Una conexión directa con lo que realmente Es; sin filtros, sin, tintes, sin condicionantes...
Nuestra mente, selecciona continuamente los estímulos que le suponen significativos, en sintonía con el tipo de pensamientos que se expresan en ese momento.
La aparente realidad
Así danzamos en una realidad absolutamente sesgada por nuestros gustos y disgustos, tratando, por lo general, de obviar lo que nos hace sentir mal, y resaltando lo que en ese momento, aparentemente, retroalimenta nuestro estado de bienestar, que como todo, al apoyarse en fuentes impermanentes, es pasajero y fugaz.
Otras veces, en un estado de alerta y temor, destacamos lo negativo, en un afán de protegernos o de inconscientemente confirmar la realidad que siempre hemos sospechado.
Así con cierta ligereza e inconsciencia, tendemos a “moldear el ambiente” a nuestro antojo, para que sintonice con la forma que tenemos de sentirnos y ver las cosas en ese momento concreto.
Resulta irónico que en ese anhelo de controlarlo todo por miedo a sufrir, en vez de entregarnos a lo que Es, resaltemos con fosforito ciertos aspectos, mientras relegamos otros al fondo del sótano.
Curiosamente todo eso que tratamos de ocultar, o más bien, ocultarnos a nosotros mismos, termina pujando de una manera intensa desde el subconsciente, tomando las riendas de esa recreación personal y relativa del mundo.
Así, cuando conscientemente nos decantamos por algo, una actitud, una acción, y al final terminamos haciendo otra cosa totalmente opuesta, es porque desde el subconsciente pujan otras tendencias, que no sintonizan con el afán consciente. Terminamos siendo vapuleados por todo aquello que vamos rechazando en nosotros mismos y en los demás.
Este tipo de mirada, es una mirada sesgada del mundo, de la vida y de los otros… Este tipo de mirada, nos hace perdernos en un sinfín de miedos y de auto-engaños que nos alejan de la experiencia pura y directa del conocer.
El paisaje externo, se tiñe de los colores con los que vibra nuestra mente, haciéndonos perder la tonalidad original, la esencia que se halla al fondo de todo esa danza relativa en la percepción de las cosas.
Abriendo tu mirada más allá de lo superficial
Abrir la mirada, es desnudarte de todas las creencias, condicionantes, influjo de experiencias previas, y renacer en esa desnudez pura abrazando la totalidad del paisaje aparente; es aceptar cada matiz de la superficie en movimiento, para que al disolverse por sí misma, te relajes en el fondo inmutable, observando que todo tiene la misma naturaleza y la misma vibración; que las diferencias formales, los diferentes colores, son solo producto de las proyecciones mentales; abrir la mirada, es vaciarte para descubrir el fondo vacío.
Tanta relatividad puede abrumarte y hacerte entrar en conflicto, dominado por la confusión, condenando al otro, o a todo aquello que no coincide con tus expectativas o tu visión en ese momento.
Vivimos en una auténtica ilusión , en la que curiosamente experimentamos mucho sufrimiento, muchos desengaños, muchos miedos… Mas si cierras los ojos y abres el corazón, al fondo de este instante, sí, justo este, podrás experimentar un amor inconmensurable que lo abraza todo.
Mantener la mirada abierta, atenta, de-condicionada en lo posible, nos hace no perder de vista la esencia al fondo de cada experiencia y de cada cosa…
Nos hace no engañarnos ni teñirnos con el color del capítulo existencial que nos toca vivir, y más bien mantener la visión del águila que contempla con gran distancia y serenidad todo el paisaje.
Mantener la mirada abierta, nos permite ser uno con el UNO, y nos permite reconocernos como parte del gran océano amoroso que todo lo inunda…
¿Te atreves a mirar...? Pequeña práctica para tu día a día
Para saborear por ti mism@ todo lo que te hemos contado más arriba, tan sólo tienes que activar el enlace que aquí te dejamos. Disfrutalo!
Photo by Rhett Wesley on Unsplash
Deja una respuesta